Luis Morton

Tus cabello es como el viento por la noche. Es ondulado, tristes y con unas cuentas estrellas blancas.  Pero como el viento, este cabello negro se mueve en ondas llenas de brisa para secar las lagrimas. 

Tus ojos son como la madera de los árboles. En ellos varios anillos de años de curiosidad aprecian. Con una forma no uniforme que invita a ver secretos han vistos en las vistas de las vidas que tu alma no olvida. 

Tu voz es poco clara, como un río en el atardecer. Pero no te dejes engañar, que con palabras los secretos del mundo se reflejan cuando hablas. Que la gente te escuche cuando las escuches, que ambos se perderán en una aventura. 

Tu cuerpo es mármol maltratado. Pero tu esfuerzo lo cincela poco a poco, lo altera poco a poco, lo hace sentirse pleno poco a poco. Y como tu piel que brilla por tu paciente cuidado, este cuerpo, así como tu ser, sanará y resplandecerá. 

Y tus pasos resuenan como relámpagos. Estos no se rinden porque no saben cómo. A pesar de a veces camines con la espada encorvada, a pesar de que a veces no camines de esta insegura manera, tus pies siempre pisaran el piso con fuerza y jamas permitirán que caigas. 

Te aprecio ser en el que muchas pienso y pocas veces escribo. Y espero, yo deseo, yo me esmeraré, para que alguien vea lo bello que eres. Porque sé que te mereces el romance de todas las rosas y todos los mundos que se esconden en tu pecho: por más que estés sanando, por más que parezca que no te amas cuando lo haces, te mereces amor y espero ayudarte a encontrarlo, para que alguien te vea. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Reflexiones 2023: agradecimiento

La lluvia y la ventana: ansiedad por abandono

Reflections 2023: being grateful